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miércoles, 3 de noviembre de 2010

El Río

Los recuerdos se guardan en mi mente, y por ella fluyen a través de cauces rocosos, donde el pensamiento se divide hasta parecer que jamás se unirán. de pronto entre el bosque brumoso de mi cerebro, mis recuerdos se encuentran formando ese delicioso río...

El río

Mágicamente se escuchaba su andar,
En tierras lejanas su corazón líquido resonaba,
Su latido a mi mente llamaba,
Yo tenía que ir a su lado al salir el sol,


Debía escuchar lo que me susurraba al oído,
Las historias de sus corrientes;
Las hojas que arrastraba en su cauce,
Que me contaban su larga trayectoria,


Y las rocas por las que suavemente se deslizaba,
Cayendo en pequeñas cascadas,
En donde en silencio volvía a unirse en un estanque,
Formando la bóveda húmeda refugio de peces,


Me gustaba provocar el río arrojándole piedras,
El agua brincaba asustada hacia sus lados,
Al caer de nuevo en su camino,
Reían conmigo reconociendo mi rostro,


Disfrutaba observar aquella desventurada flor,
Que olvidada en algún sitio extraño;
Flotaba triste sobre mi río,
Hasta que mis manos la capturaban


Sus pétalos mojados eran lágrimas,
Sufriendo soledad habían viajado,
Víctima de fuerzas ignotas,
Embarcadas en un viaje sin retorno,


Al igual que esos pétalos mojados,
Mi alma navegara por aquel río,
Y entonces se perderá entre sus aguas,
Para no regresar nunca jamás.

lunes, 24 de mayo de 2010

El orgullo del pobre...!!!

La producción de excitación de las experiencias que se vive día con día, se puede contrastar entre las alegres y felices, y las tristes y melancólicas, los ojos; ellos nada mas, son la puerta que nos enseña los misterios de alma, y todos sus tesoros ocultos...




El orgullo del Pobre.


Que visión tan obtusa la de aquella mañana,

Cuando sigiloso me dirigía a probar bocado,

La curiosidad invade siempre a los hombres sin alma,

Sobre todo cuando el estomago solo guarda bocanadas de un cigarro…

A veces parece que no deseo ver nada,

Pero cuando los sentidos se inflaman,

Las emanaciones voluptuosas de la humanidad,

Llegan a mí como la brisa del viento…

Tras la triste jornada matutina,

En sus aposentos encuentro dos cuerpos,

Viejos, sólidos, inertes,

Y mi rostro de muerto cobra vida…

Cubren las ropas viejas y mal trazadas,

Los cuerpos de aquellas almas maltratadas,

Un joven y un viejo, un viejo y un joven,

No encuentro yo diferencia alguna…

La sonrisa de la miseria se dibuja en sus rostros,

Sobre sus manos sucias la podredumbre se asoma,

Sobre sus hombros las cargas pesadas,

Pareciera que cargan su vida y sus alamas,

Oh dios mío, y es que aquellas dos almas también se alimentan,

Y se alimentan bien,

Siempre he sentido temor al ver comer a los débiles,

Pues cada bocado me señala el fin de un sufrimiento

Y el comienzo de miles mas…

Y ahí están esos dos cuerpos inertes,

Mirando como devoran sus asquerosos platillos las otras sombras,

Afortunado yo de que aun no toco mi festín,

Pues sus miradas me convertirían en alimento de hombres.

A lado mío un cerdo traga,

De aquellos cerdos femeninos,

Presas de la gula,

Se les derrama el guiso por el hocico,

¡Ah!, pero los cerdos también poseen alma,

Y la de este es un alma caritativa,

Y al ver a los pobres se muestra ostentoso,

Y suelta sus gruñidos tan fuertes para que se den cuenta las masas,

Y gruño más o menos así…

-Queridas almas errantes agobiadas por el sol,

He aquí la muestra de mi bondad,

Os invito a devorar,

Un bocado de corazón-

Mis ojos penetran los ojos del vejete empobrecido,

Y los de el, nublados de falsa alegría;

Casi inundados por la contención de lágrimas,

Se topan de frente con los ojos del cerdo.

Y este cerdo, el cual era una mujer vulgar,

Incita a la otra alma errante,

A que devore junto a ella

Los placeres del estomago.

Que furia escondida la de aquel niño errante,

Al escuchar la invitación,

Pareciera que le destrozaran el cuerpo,

Los colmillos de lobos hambrientos…

Y con una negativa quiso el alejarse de este lugar,

Pero sometido por la mano del viejo,

No pudo más que aguardar,

Y aguardar la piedad…

Ah pero yo descubrí su secreto,

Y es que aquella pequeña alma de corta vida,

Tenía la fuerza de mil dragones,

Y era inteligente,

Y era más que un simple vagabundo…

A sabiendas que su obligación era devorar,

Pues los pobres solo pueden vivir

De la misericordia de los demás según dicen,

Tuvo que tragar,

Y lo hizo; como si en cada masticada se comiera su propia alma…

Y la fétida mujer se marcho contenta,

Pues ha hecho su obra buena del día,

Las puertas del paraíso están abiertas para ella,

Los ángeles le han cantado ya a su oído…

Y aquel niño la observo alejándose,

Y sus ojos se inundaron de furia una vez más,

Y yo leí sus pensamientos,

Y yo sentí su rencor…

Y lo comprendí…

Después de todo ha de ser terrible,

Convertirte en el pasaporte al cielo,

Y el objeto de misericordia,

De un cerdo vulgar.

Víctor Yudiel Carmona Castillo.



domingo, 21 de marzo de 2010

Esclavo de la noche...


El dormir es un privilegio, tan simple y sencillo es mantenerte privado de la vida durante algunas horas, sin embargo, existe cierto tipo de personas, que no podemos, o que simplemente tenemos una batalla a muerte con la noche, y no podemos conciliar la muerte breve, y no podemos pegar los ojos, y la cama nos irrita, y la almohada nos desprecia, y el tiempo, otrora tiempo tan rápido, en la noche se muestra lento, tan sigiloso que es odioso ver su camino. El insomnio, odioso ser corruptor de almas.

ESCLAVO DE LA NOCHE

Noche, dime ¿Por qué entre tus brazos te places ahorcarme?
Mientras los demás pegan sus rostros en ti,
Y tú los suavizas brindándoles el don del sueño,

Perdidos mientras tu tiempo acaba.

Pero yo, como ave del infierno,
Emprendo vuelo sobre tus tierras,
Olvidándome del tiempo,

Sumergiéndome en tu ignota agonía.


Aun cuando mis ojos,
Cansados de no cerrarse,
Piden a gritos ser liberados de ti,
¡
Tu los abres aun mas!...

Con tus garras ponzoñosas,

Inyectas veneno dentro de ellos,
Y el dolor recorre mis venas…


Agónica sensación de muerte,

Sujetado por cadenas a tu voluntad,
Soñando despierto.

Dentro de tu largo reinado,

Vienen a mi, tristezas antiguas,
Y se propagan como viles bacterias,
Provocando irritable nostalgia.

Tu reloj de arena,
Modificado a tu conveniencia,
Avanza tan lento, tan tonto, tan poco,
Y yo, me hundo en la desesperación del hombre ahogado.

Mejor destino encontrare,
En el castigo eterno de Prometeo,
El cual sentía dolor real,

Mientras el fuego que me quema…
Es solo parte de este juego mental,
De este castigo del dios del sueño
,
De la maldición del desprotegido,
De aquel que se sueña enterrado vivo.


Tormenta de cuervos vengan a mí,
Devorarme sin piedad,
Pues he de preferir la muerte mas horrenda,

A una vida dedicada a velar la luna y las estrellas…


Pues para mí, estas han dejado de ser hermosas…
Cuando son vistas con ojos de insomnio,
Presa de tu juego,
Esclavo de la noche. ¡

Deja libre a este pobre ciervo, que ha visto tu periodo de vida

Desvanecerse como el humo en el viento,

Que noche tras noche comienza una nueva batalla,
Por adentrarse al mar del descanso,
Y solo ha encontrado cadenas de esclavitud, por favor déjame morir, Y si os pido demasiado, gran dios de la noche,
Entonces hacedme dormir, eternamente!

Víctor Yudiel Carmona Castillo.

domingo, 14 de marzo de 2010

Danza Macabra.


En esta ocasión me sirvo de este espacio, para presentarles un pequeño escrito redactado en una hoja del cuaderno donde supuestamente debiese anotar mis apuntes de la universidad. Dadas las cirscuntancias que se presentaron ese dia, me servi de pluma y hoja para realizar el breve planteamiento que ofrecere con gusto a todo aquel que desee leerlo y; si en determinado momento las palabras que en este aparescan, no puedan ser comrpendidas del todo, no por ignorancia; más bien por que el lector no puede tener o saber el por que o la motivación que le ha correspondido al escritor para hilar las ideas que le dan forma al escrito, dicho lo anterior se entiende que; si hubiese dudas al respecto del escrito, servirse del espacio dedicado a los comentarios, mostrar su duda y con gusto y a la brevedad posible, os estare disipando cualquier niebla que este turbando tu mente.

"Como estar en contra de la estupidez humana cuando se vive inmersa en ella, cuando al girar tu cuerpo buscando el horizonte para iluminar tu mente con los rayos cálidos del dios Sol, nos encontramos rodeados de la voluptuosidad espantosa de las mujeres agonizantes de su pensamiento, que mueren en ignorancia sin darse cuenta de tu estado de gravedad; ocultándolo con carcajadas diabólicas e infernales que llenan de azufre los cuartos oscuros donde se expanden sin sentido. Chillonas criaturas, inconscientes sin vida ni alma pura. Crean un espectáculo crudo y cruel que adornan con sus pantomimas corporales a través de movimientos convulsivos irritantes y desastrosos, los cuales recrean la imagen del efecto que produce el opio.

Inmersos en su circo de payasos y arlequines, de cebras y leones, pareciera que rinden tributo al rey de la ignorancia ¡Oh, Danzas Macabras, de piernas delgadas, hastío de Zeus, glorificado por Loki, nocturnos resplandores del cielo oscuro, incesante malestar estomacal de los genios muertos, polen podrido de las amapolas, chillidos de hiena, pedazos de carne del leproso!

Morir dentro de este espectáculo o vivir en el, da lo mismo; mientras las aguas negras hayan lavado nuestros cuerpos. Pero si; estas aguas aun no tocan nuestras mentes, entonces sufriremos la agonía del incomprendido, y seremos espectadores desesperados y desearemos la muerte y buscaremos la daga, y probaremos cicuta, con el único objetivo de lograr la supresión del espanto causado por el circo de ignorantes y sus damas de compañía.

¡Oh tristeza del incomprendido!, sometidos a la guadaña de la ignorancia, algún día se romperá la telaraña con lluvia de fuego, y los danzantes ignorantes romperán sus rodillas, y sus huesos, convertidos en polvo desaparecerán, y sus carnes putrefactas dejaran de existir. Es entonces cuando el sabio renacerá, y la gloria del pensamiento reinara en el Universo."




*Nota: He de servirme de este apartado para expresar mi agradecimiento a mi unica lectora bien sabe ella quien es, asi tambien como siempre he tenido la capacidad de cumplir juramentos o promesas, he de enviarle un saludo a una amiga ,Tania para ser mas preciso, para que veas que si recuerdo, ah y para que sepas que si se quien eres.

sábado, 27 de febrero de 2010

Aniversario.


Este trabajo fue escrito en una ocasión muy especial; dedicado principalmente a el templo de sabiduría al que orgullosamente pertenecí alguna vez, los años pasan y uno tiene que buscar algo más que lo que te ofrece la vida, sin embargo las enseñanzas que obtuve en aquella "logia"; no serán jamas olvidadas.


Cuando se desciende de las montañas de picos nevados y rocas de hielo, y se camina por senderos inhóspitos como una bestia del bosque, y se observan las aves que soporta el frio y la lluvia al mismo tiempo sin la mas mínima forma de dolor, es después de dicha experiencia que se puede descubrir el verdadero templo de la sabiduría”

En alguna ocasión yo descendí de las montañas dándome cuenta que ya no era suficiente para contener mi espíritu libre el inmenso frio ni las pesadas proyecciones de granizo que simulaban verdaderos diluvios universales, no era suficiente la hambruna y el pesado olor a muerte, se me hizo rutinario ver pasear los muertos vivientes a lado mío, a mis espaldas, frente a mi, tratando de articular palabras, pero les era insuficiente el simple intento pues su espíritu no pedía mas que vivir y no trascender pues tal parece que dicha palabra en aquella montaña estaba prohibida de tal forma que se cuidaba como un decreto de alguna antigua santa inquisición.

Decidí entonces, con el dolor que acompaña a tal acción, abandonar mi antiguo hogar, pues mi afán de superación hacia descartar mi supervivencia alejado de los nuevos paisajes que se abrirían delante de mi al avanzar cada vez. Entonces comencé a caminar, a trotar, a correr, a bajar y a sufrir cansancio y hambre, pero al fin había alejado de mi mente el recinto antiguo donde viviría y moriría como un autómata, sin futuro ni gloria.

El camino era largo y lo fue aun más, viví horrores que me recordaban a Dante, disfrute de placeres como el viejo Siddhartha, aprendí a usar el látigo como el caminante recolector de almas que es aquel Zoroastro, se me rompió el corazón como al buen Sorem, y naufragué algunas veces en el olvido como Gordon Pym, pero mi destino estaba ya trazado de una forma Epicúrea, arreglado con la paciencia de un escultor y mistificado como las pinceladas de hombre sin oreja.

Por fin estaba frente a mí la puerta de la sabiduría, pude leer su nombre escrito en letras de oro, ¿pueden los antiguos poetas describir la sensación de felicidad que invadía mis venas y afiligranaba mi cerebro? No creo que homero tuviese palabras para ello, no veo a Bequer disertando sobre el tema, quizás aquel que le escribe sonetos a la luna me puede comprender.

Era Benito Juárez Numero Uno, el templo cubierto de oro, cuyas letras me cegaron por largo momento después de leídas, en cuyas puertas nadie atraviesa, tan solo aquellas pocas personas que son elegidas cuidadosamente, aquel lugar donde se respira sabiduría y los vivos están realmente vivos, y los muertos son arrojados para que su pestilente olor no infecte los cuerpos brillantes tallados en oro de sus sabios que galopan en corceles blancos llevando en su mano derecha el estandarte de la sabiduría y en su mano izquierda la bella espada cuyo filo jamás se acaba que representa la libertad.

Así entre yo al templo antiguo de oro, nuevo para mi, pero el mas antiguo entre los mundos, y sus muros representaban paz, y sus atriles destilaban sustancias puras provenientes de las almas de sus miembros, y todas las espadas brillaban al unisonó, sus luces de colores discretos permitían ver la belleza de sus muros y en sus techos podía observar el universo representado de la antigua manera griega, y las constelaciones parecían que bajaban a la tierra en ese preciso instante en que yo, por debajo de ellas caminaba temeroso e impacienté por ocupar algún sitial dentro de la masticación ignota hasta el momento para mi en la mayor de sus partes, entonces reconocí que yo pertenecía en cuerpo y alma y que mis sueños de sabiduría por fin se cumplirían. Y así el viaje de este cuervo había llegado a su fin, abandone mi amada montaña, cruce selvas, estepas y bosques, tormentas y fuegos, y ahora me veo aquí representado por estos colores verdes y dorados, sentado junto a mis amados hermanos compartiendo conocimientos y disfrutando de su compañía.

Y aunque yo provengo de otra cuna y mi linaje subsiste en tierras lejanas, y la luz se me fue dada en templos paganos, estoy orgullo el día de hoy, de beber una vez mas de la copa rociada de antigüedad de la que solo los primeros podemos beber, de aquel vino proveniente del Rin, que solo los mas antiguos podemos degustar, y apagaremos juntos el fuego de 65 antorchas que en lo alto del castillo consumen su llama.

¡Felicidades mis hermanos, un año mas de gloria, un año mas de libertad!

Víctor Yudiel Carmona Castillo.